A menudo me viene una pregunta a la cabeza, de aquellas que sabes
la respuesta pero aún no entiendes porqué pasa. ¿Porqué
una libro de Terror sobrenatural (y por lo tanto fantástico)
está más valorado y aceptado por el gran público
que un libro de fantasía épica, heroica o histórica?
¿Quizás porqué la mayoría cree que el
terror no es cosa para niños y por lo tanto es apto por los
adultos? ¿Quizás porqué la fantasía
a palo seco se compara con literatura infantil/Juvenil y el terror
no?
Toda esta disertación la hago porque me acabo de leer la
decimocuarta (¡¡decimocuarta!!) edición en dos
años de un libro fantástico escrito en catalán
(¡¡en catalán!!) y que es aceptado por el gran
público de forma casi unánime. Y porque no podrían
aceptar el resto de novelas no camufladas como mainstream?
Seguro que se llevarían más de una sorpresa
Pero vamos al grano: La Piel fría es una novela espléndida,
una obra que refleja muchísimos sentimientos en pocas páginas,
narrados con mucha destreza y con un argumento sólido que
nos obliga a seguir leyendo: Un autoexiliado irlandés acepta
manejar los aparatos meteorológicos de un remota isla ubicada
al sur del Atlántico dónde vivirá aislado del
mundo durante un año. Allí pero las sorpresas no tardan
a aparecer: Cada noche una serie de monstruos lo asedian junto con
su compañero de infortunios. Cada noche y cada día,
el protagonista irá aprendiendo en su propia piel lo que
significa el odio, el miedo, el amor, la incertidumbre, la soledad
y sobre todo la locura.
Albert Sánchez realiza un ensayo sobre todos estos sentimientos,
particularmente sobre la soledad y la locura. La prosa es rica y
sencilla, nos introduce mediante la primera persona en los pensamientos
de nuestro amigo irlandés (que no recibe ningún nombre
en todo el libro) y nos muestra como la mente humana puede sucumbir
y alzarse de nuevo ante las adversidades, para volver a caer y volver
a alzarse en un ciclo sin fin.
Es una obra que no está lejos de clásicos como Solaris o Soy Leyenda o de cualquier
novela de Lovecraft. Tampoco se escapa de la comparación
con Ensayo sobre la ceguera.
Todas ellas, obras espléndidas que comparten un parte de
sus reflexiones con La Piel fría. Una novela dónde
los sentimientos se confunden y se replantean constantemente y dónde
no hay lugar para la relajación. Y en este sentido, la obra
de Sánchez Piñol es una joya: Nos tiene absorbidos
en su lectura, una lectura que prácticamente no puedes dejar
hasta que la has finalizado.
|